Experiencias en la Educación

Experiencias en la Educación

sábado, 8 de mayo de 2010

LA RADIO COMO MEDIO PARA EL DESARROLLO DEL LENGUAJE ORAL

El siglo XXI es el siglo de la información, es por esto que hoy día los avances científicos, tecnológicos, económicos, culturales y sociales que ha logrado la humanidad han sido producto de la inteligencia, la creatividad y la voluntad del hombre. De allí, que ese potencial no puede dejarse al azar en el ámbito educativo, sector en el que la incorporación de herramientas tecnológicas representa la posibilidad de ofrecer una calidad educativa de superior escala, al ofrecer mayores oportunidades para obtener conocimientos más rápidos y veraces. Dentro de este contexto, es evidente el gran impacto que las nuevas tecnologías y los medios de comunicación han provocado en la cultura y en todos los ámbitos sociales, con lo cual no es gratuito afirmar que también en el contexto educativo se deje sentir éste. Y no sólo en lo que respecta a las modificaciones que afectan a los medios, materiales y recursos que se emplean en la enseñanza, sino también los cambios que se generan en la propia conceptualización de lo que es la escuela y los procesos de enseñanza-aprendizaje. Según Pérez (2000): Lo que está sucediendo con la comunicación y la educación no es sólo un cambio, es un proceso de cambio crítico, cargado de incertidumbres y de interrogantes. Un cambio en el que se ponen en juego valores que hasta entonces han sido fundamentales y aparecen otros cuyo porvenir es incierto. (p. 34). Sin duda, se puede hablar de una nueva era de conocimiento, la del pensamiento visual, puesto que los medios no sólo descentran las formas de transmisión y circulación del saber, sino que hoy constituyen el escenario decisivo de la socialización. Por lo tanto, el nuevo contexto educativo exige una figura distinta de docente, sobre todo en el ámbito de la enseñanza de la comunicación o de la lengua, cuyos rasgos superen la función transmisora para completarla con una dimensión más dinámica como formulador de problemas, provocador de interrogantes, coordinador de equipos de trabajo y sistematizador de experiencias. Cuando se reconoce lo cerca que han estado las campañas de alfabetización y la radio en cualquier región del planeta, se comprenden en su auténtica dimensión las palabras de John Reith, fundador de la BBC británica, quien aseguraba en la segunda década del siglo pasado que la radio debía “informar, educar y entretener”. Casi un siglo después de haberse oído esta frase por vez primera, nadie duda de que la radio cumpla cabalmente con esta triple tarea. En este sentido, García (2001) argumenta que “la radio fue, y sigue siendo, el principal medio audiovisual de apoyo utilizado por las diversas instituciones de enseñanza” (p. 81). Desde la perspectiva que aquí se adopta, la radio es un valioso medio de comunicación que debe utilizarse en el proceso de enseñanza y aprendizaje, en virtud de sus múltiples beneficios, tal como lo refieren Montero y Mandrillo (2007): La radio, siendo esencialmente voz, tiene una conexión natural con ese fenómeno múltiple y profundamente cultural que llamamos oralidad. Se reconoce, de otro lado, la enorme capacidad de este medio para penetrar en vastos sectores de la población a una escala a la cual no alcanzan ni los medios impresos ni la televisión. (p. 2) Por lo tanto, la radio infantil es un medio, una herramienta que contribuye con el desarrollo integral del niño, es un medio masivo dentro de los muchos existentes en una sociedad nacional e internacional que hace parte de toda una comunidad y la cual tiene un espacio dentro de las vidas de las personas, que tiene como función importante informar, recrear, divertir, culturizar y sobretodo educar, ya que, por medio de la comunicación empleada en este instrumento, existe una interacción entre locutores y oyentes permitiendo que haya un aprendizaje, puesto que cada mensaje transmitido provee una enseñanza. Venezuela no escapa a esta realidad, actualmente las políticas gubernamentales se han dirigido hacia la promoción de la radio educativa y con mayor firmeza se insta a la inclusión de este medio de comunicación en el proceso formativo de niños, niñas y adolescentes. En este sentido, la Comisión Venezolana de Cooperación con la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), considera que la nueva Ley Orgánica de Educación (LOE) sigue recomendaciones de la referida organización al reconocer a los medios de comunicación como instrumentos esenciales para el desarrollo del proceso educativo. Ante este panorama, en el sistema educativo de Venezuela se consideran los pros que ofrece la radio educativa a los procesos de enseñanza y de aprendizaje, por el mismo hecho de comunicar está educando, el público de cualquier manera está aprendiendo algo dentro de su misma realidad. Según Muñoz (2009): “La radio educativa promueve la participación personal porque presenta modelos que provocan más proyección y consecuentemente se establece un modelo de comunicación-educación”. (p. 13). De allí, que entre sus propósitos, la radio plantee el abordaje de los intereses y necesidades de los niños, niñas y adolescentes, tal como lo representa el desarrollo del lenguaje oral, lastimosamente caracterizado en la actualidad por la pobreza del vocabulario y una serie de disfunciones en el lenguaje de la población estudiantil. En este orden de ideas, se considera que a través de la radio los niños, niñas y adolescentes son protagonistas en el acto de producir y de decir. De ese modo, no sólo se apunta a revertir el proceso de deterioro en la capacidad expresiva oral, sino también a salvar la brecha entre la escuela y los medios de comunicación (ambos formadores) sumando activamente a la escuela en el fenómeno social que representan los medios en la vida cotidiana. Por otra parte, el consumo de los medios de comunicación no está relacionado con la obligatoriedad (como si lo está la escuela), sino más bien con el placer. El rol de la radio en la escuela tiende a vincular el placer con el aprendizaje, a unirlo como dos puntas de un mismo hilo. En efecto, el consumo mediático que hace el niño o joven en edad escolar fuera de la escuela es, en esencia, un consumo acrítico. De tal modo que, poner al alumno en situación de hacer en el marco pedagógico, es (si hay en este punto plena conciencia de los educadores y de las herramientas necesarias para ponerlo práctica) poner a los medios de comunicación como tema de estudio y análisis para la formación de sujetos críticos y activos en la construcción de la comunicación.